miércoles, 29 de junio de 2022

LOS ANIMALES Y LAS BESTIAS DE LA GUERRA

En un post anterior titulado "Malditas sean todas las guerras" reflexionaba sobre la invasión del territorio soberano de Ucrania por parte de Rusia y cómo la Historia, una vez más, se escribía con la sangre de los inocentes y de las personas anónimas.

Niños y animales unidos en el sufrimiento

Este post continúa esa reflexión poniendo el foco ahora en los más inocentes entre los inocentes, en este caso los animales que sin entender qué sucede a su alrededor se han visto expuestos, una vez más, a la maldad y la crueldad humanas, esa faceta que convierte al hombre en una despiadada bestia frente a los desprotegidos animales.

Numerosos dueños hicieron frente a infinidad de dificultades para poder salvar a sus animales

En los primeros días de invasión miles de ciudadanos ucranianos abandonaron sus casas prácticamente con lo puesto y, en muchísimos casos, además de su familia humana, llevaron también a sus animales de compañía, debiendo situar en la escala de mayor dignidad posible a esas personas que entendieron que poner a salvo a hijos incluía también a esos seres de cuatro patas que les miraban con cara de sorpresa e incomprensión.

Muchos niños y niñas se han convertido en "héroes" protegiendo a sus mascotas

Justo es decir que no todas las personas actuaron igual, muchos animales fueron abandonados, dejados a su suerte o literalmente encerrados exponiéndolos así a una muerte segura que enfatiza e iguala a unos y a otros en la crueldad; pero ya lo comentaba en alguna entrevista Arturo Pérez-Reverte al decir que en enfrentamientos bélicos había visto como corresponsal de guerra lo mejor y lo peor del ser humano y que, los animales eran también víctimas de esa barbarie bélica.

Alisa cargó con su perra anciana casi veinte kilómetros para salvarla

En esta situación de guerra que dura ya cuatro largos meses y donde los jinetes del apocalipsis se han hecho dueños y señores de ese territorio, es preciso recordar historias de heroísmo anónimo como por ejemplo la del ex fotógrafo italiano Andrea Cisterino, que decidió quedarse cerca de Kiev para no abandonar a su suerte a más de cuatrocientos perros de una protectora de animales, aún a riesgo de perder su vida.

Andrea Cisterino en la protectora de animales que se negó a abandonar

Porque eso precisamente es lo que le sucedió a Anastasia Yalanskava, una joven ucraniana de 26 años asesinada junto a dos compañeros voluntarios cuando se dirigía a Bucha, a treinta kilómetros al noroeste de Kiev para entregar comida a un refugio para perros, ya que los animales llevaban más de tres días sin comer; su coche fue literalmente acribillado por las tropas rusas.

Anastasia Yalanskava, asesinada por soldados rusos

Estos son algunos ejemplos de innumerables historias de animales que están aconteciendo en ese territorio tocado por la mala suerte y que no son noticia, que no aparecen en las portadas de los periódicos digitales ni abren la crónica de los noticiarios más preocupados por frivolidades banales e insulsas.

El shock sufrido por millones de personas no será fácil de superar

Incluso hemos tenido que asistir a durísimas imágenes en las que algunos perros seguían junto a los cadáveres de sus dueños muertos por la megalomanía psicópata de unos seres despreciables, demostrando con mayúsculas lo que significa la lealtad y el amor de esos animales y la bestialidad asesina de otros.

 Malditos sean por siempre todos aquellos que provocaron esta imágen de muerte

Con este post quiero mostrar mi más respetuosa admiración por esas personas que, aún obligadas a abandonar sus hogares por la guerra, llevaron consigo a sus mascotas, por esos voluntarios de protectoras que se están jugando ´literalmente la vida a diario para alimentar a los más desfavorecidos de los desfavorecidos o por esos soldados ucranianos que tuvieron un momento para rescatar o alimentar a esos perros abandonados a su suerte y que en ocasiones también han sido heridos o muertos por el ejército ruso.

Un ejemplo de pundonor y humanidad en el metro de Kiev

Se atribuye a Mahatma Gandhi la frase que dice "Un país, una civilización se puede juzgar por el trata que da a sus animales", poco más se puede añadir a esta bofetada dialéctica al rostro prepotente, bobalicón y patético de los maltratadores y asesinos de animales, vayan vestidos de paisano o de uniforme.

Sólo hay que mirar para ver, el problema es que no interesa

Malditas sean todas las guerras y malditos aún más aquellos que han generado tanto dolor y sufrimiento en los más inocentes, aquellos que no tienen posibilidad de defenderse, aquellos que están ahí cuando todos se han ido, aquellos que dignifican todo lo que la cerrazón y la maldad humana emponzoñan.

Este animal no merece las calamidades que le esperan






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