lunes, 23 de diciembre de 2013

EDITORIALBLOG


"... frases de cine para situaciones de la realidad".

Una de las secciones a las que tengo más cariño dentro de este blog es la dedicada a las recomendaciones de cine, que no son sino aquellas películas que, de una u otra forma, han pasado a formar parte de mi vida. Films que me han conmovido, que me han hecho pensar, que han generado en mí una sonrisa, una inquietud, una duda, una pregunta o una admiración.
Dentro del entramado de un film, la música, el vestuário o los escenarios donde se desarrolla una historia determinada son clave; una buena trama, un cuidado guión, un excelente director, unos grandes actores y el resultado será una obra de arte, no por casualidad se habla de esta expresión humana como el séptimo arte.
Y llegados a este punto pongo el énfasis en los diálogos de los films, verdaderos hilos conductores del relato, que nos guían, nos acompañan, nos muestran o nos esconden el desarrollo de esa mágia sobre celulóide que es el cine; en este caso me ayudaré de algunos diálogos de obras míticas, para ver cuán reales son sus contenidos y qué acertadamente se pueden relacionar los mismos con la realidad que nos ahoga en la actualidad.


“¡… no os rindáis a estos hombres que en realidad os menosprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas, os barren el cerebro, os engordan y os tratan como ganado y como carne de cañón, por un mundo nuevo, digno y noble, que garantice a la juventud un futuro y la vejez, seguridad!”, estas palabras forman parte del maravilloso discurso que Charles Chaplin nos ofrece en la inigualable escena final del Gran Dictador (se recoge el discurso íntegro en la Editorialblog del 10 de septiembre de 2013), este extracto sorprende por su actualidad y vigencia, ya que a diario nos encontramos con noticias que nos indican que unos grupos oligárquicos engreídos y soberbios nos quieren regular, nos quieren someter y nos quieren controlar para, entre otras cosas, mantener su paraíso a buen recaudo y que no podamos pisar su cuidado jardín que tanto les ha costado sacar adelante con el jugo de nuestro sudor, negándonos cualquier fruto de futuro para los jóvenes (Educación) y acabando con la seguridad de la cosecha para la vejez (Pensiones).

Otro fragmento genial de una película incombustible, dice así “… vecinos de Villar del Río: como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo os la voy a pagar”, es parte del diálogo con el que el magnífico Pepe Isbert nos deleitó desde el balcón del un ayuntamiento de un pueblo castellano dirigiéndose a sus vecinos en “Bienvenido Mr. Marshall” de Berlanga; cuantos alcaldes y políticos actuales nos deben una y mil explicaciones sobre corrupción, tráfico de influencias, contabilidades B, prevaricaciones, cohechos… y así “hasta el infinito y más allá” como decía el entrañable Buzz en el film Toy Story; yo sigo mirando hacia el balcón, pero no veo a ningún alcalde ni político salir a darnos esa explicación aunque nos la deben y con intereses.



Continúo este recorrido por los diálogos fílmicos con aplicación en nuestra existencia actual con una sentencia que podemos escuchar en la espléndida “Cinema Paradiso” donde se dice “… tarde o temprano llega un momento en el que hablar y estar callado es la misma cosa”; ¿hemos llegado a ese momento?, por lo menos así lo sentencian nuestros dirigentes, cuando plantean que el que osa hablar está poniendo en peligro la libertad, y que los que realmente la defienden son aquellos que permanecen en sus casas, sumisos y obedientes; digamos lo que digamos o callemos lo que callemos, todo es lo mismo para estos mediocres aprendices de Maquiavelo.


Surge otra frase que me deja gélido por su contundencia “… qué títeres tan ridículos somos y que vulgar es el escenario en el que bailamos”, la frase pertenece al film “Seven”, y no hace sino crear en mí una desazón por su certeza, es eso lo que uno siente cuando ve que los titiriteros de la política y las finanzas mueven los hilos de nuestra sociedad con total impunidad, a sabiendas de que los que estamos al otro extremo de esos hilos de manipulación somos nosotros, amenazándonos además con cortarlos y dejarnos caer al vacío.

Dice Robert de Niro en “Casino” que “hay tres maneras de hacer las cosas: la correcta, la incorrecta y la mía”, siendo sinceros, se me vienen a la mente muchas personas públicas a las que se podría atribuir esta frase, siendo testigos de cómo muchos de estos oligarcas “enterradores de sueños”, se presentan  con una patente de corso para desvalijar con total impunidad las esperanzas y anhelos de aquellos que cada día tenemos que soportar la incompetencia de estos salvadores de la patria.

Y hablando de salvadores de la patria, no podía faltar en esta editorialblog la referencia a una de mis películas de cabecera, “Senderos de Gloria”, en ella no encontramos uno sino decenas de diálogos cáusticos en los que se nos muestra de la mano de un inigualable Kirk Douglas hasta que cotas de destrucción colectiva puede llevar la estupidez individual, surgiendo en uno de los momentos más memorables de este film la siguiente sentencia de Samuel Johnson “la patria es el último refugio de los cobardes”, interesante pensamiento, máxime cuando tras banderas, himnos y gestos de sobreactuaciones interesadas que buscan ser “más papistas que el Papa”, se esconden sumisiones, pleitesías varias, bufonadas y actuaciones caciquiles, viniendo a mi memoria, no sé porque, palabras como “Eurovegas”, “rescate bancario”, “amnistía fiscal” o “Troika”.


Otra de mis películas imprescindibles sería “Los Miserables” de Víctor Hugo, en concreto la versión de 1988, con Liam Neeson como protagonista en la que se dice que “… la vida, el sufrimiento, la soledad, el abandono, la pobreza, son campos de batalla que tienen sus propios héroes; héroes oscuros, a veces más grandes que los héroes ilustres”. ¡Qué gran verdad!, cuántos héroes y heroínas recorren a diario nuestras calles madrugando y luchando día a día para poder dar a su familia y a ellos mismos una existencia digna, batallando contra esos otros “héroes de cartón piedra” que reciben de sus homónimos halagos, reconocimientos oficiales, premios honoríficos, menciones o títulos.


Seguramente por mi vocación pedagoga siento especial reverencia por el film “El Club de los poetas muertos” todo él es un memorándum de sapiencia, y si no reflexionen sobre la siguiente sentencia que aparece en esta película “la verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos, la estiras, la extiendes pero nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas pero desde que llegamos llorando a que nos vamos muriendo, solo nos cubre la cara mientras gemimos, lloramos y gritamos”. Ese frío es el que sentimos cuando se nos niega el acceso a una verdad que nos pertenece como pueblo soberano sobre tantos temas: financiación ilegal de partidos, desvío de subvenciones, comisiones ilegales…


“Es difícil para la gente acostumbrada a las cosas como son, incluso si están mal, cambiar”, esta reflexión tomada de la película “Cadena de favores” muestra una instantánea de la situación actual donde corremos el peligro de caer en la indiferencia a la que se refiere ese entrañable médico en Patch Adams cuando nos dice que “si peleamos contra el mal, peleemos contra el más terrible de todos: la indiferencia”.
Erradiquemos el “mejor no meterse en líos”, ya que algún día, tarde o temprano, esos “líos” llegarán a nosotros, recordando por analogía la admirable cita de Bertolt Brecht (dedicaré más adelante una entrada a este dramaturgo y poeta alemán).
Vivimos en una sociedad donde numerosos grupos clientelares giran en torno a un nombre, un apellido, una casta de intocables, gens que se creen superiores, a ellos les iría muy bien la frase del film “Batman regresa” donde se dice que “nuestro nombre no importa, se nos conoce por nuestros actos”; ese el verdadero pasaporte desnudo que muestra la realidad de los mendaces que nos aturullan los oídos con sus cantos de sirenas.
Y llegados a este punto, tal vez todo se resuma en la frase que aparece en Matrix, “No existen preguntas sin respuesta, solo preguntas mal formuladas”, deberíamos de una vez por todas hacer preguntas bien formuladas, claras, concisas, directas, exactas en sus planteamientos, sin rodeos, sin circunloquios, sin adulaciones, sin ensayos previos, sin edulcorantes… preguntas que busquen una respuesta en aquellos que se han parapetado tras el “no coment” o “… como bien sabe usted”.


Además debemos inyectar a esas preguntas un componente fundamental, el de los sentimientos, como nos indicó en su momento Chaplin cuando dijo que “pensamos demasiado y sentimos muy poco…”.
Y también, por qué no decirlo, deberíamos mirar un poco en nuestro interior y dejar de buscar con los ojos de estos “encantadores de serpientes” que son nuestros dirigentes, que no representantes, como en “la Ventana Indiscreta” cuando se dice que “deberíamos dejar de ser tan mirones y en vez de mirar tanto para afuera dedicarnos más a mirar en el interior”.
“Mi padre… solía decir que los artistas mienten para decir la verdad mientras que los políticos mienten para ocultarla”, lapidaria esta sentencia de la película “V de Vendetta”; y es que se nos miente sin ningún rubor, se extienden bulos gratuitamente, los embustes nos saturan, se maquillan discursos e intervenciones públicas con engañifas, con ropajes de farsa, intentando hacernos creer y aceptar una comedia que no tiene ninguna gracia.


Finalizo aquí esta entrada que tendrá una continuación más adelante, el tema da para mucho, y me temo que los “esperpentos con coche oficial” seguirán dándonos días de vino y rosas, a ellos les digo, tomando las palabras de Edmundo Dantés que “todo mal tiene dos remedios; el tiempo y el silencio” y que, como aparecía en “La Vida es Bella” “como en una fábula, hay dolor… y como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad”, todo llegará.



Me niego a bajar los brazos y aceptar la frase que aparece en el Show de Truman, que “aceptamos la realidad del mundo que nos presentan” prefiero decirme a mí mismo esa otra “Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siguiera yo… Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve a por ello y punto” (En busca de la felicidad) a pesar de que “Cuando se atisba un rato de felicidad siempre hay alguien que quiere destruirla” (Descubriendo nunca Jamás).





sábado, 7 de diciembre de 2013

Ciudad real-mente limpia?

"... estas pequeñas-grandes cosas de nuestro día a día que hablan mucho de cómo somos".

Como muchos ciudadanos y ciudadanas, que no súbditos y súbditas, como les gustaría denominarnos a algunos; o gobernados y gobernadas, que es el apelativo más del gusto de los que nos quieren dirigir, a diario camino por una ciudad de cuyo nombre quiero acordarme hoy, con permiso del genial escritor, Ciudad Real.



Caminar por sus calles se ha convertido en un verdadero tour de obstáculos físicos y visuales, encontrándonos por ejemplo cada pocos metros con “pintadas” que quieren ser graffitis pero que carecen del más mínimo contenido artístico, siendo más bien una agresión visual más cercana a los campos del despropósito y del vandalismo que a un mínimo de conocimiento y ejecución estética, que es lo que significa el Graffiti con mayúsculas, algo que solo en algunos rincones de esta ciudad podemos disfrutar los que creemos en la genialidad de esta plasmación contemporánea de la realidad, siendo un ejemplo la imagen que inicia esta nueva entrada en optioenhispania.
A diferencia de lo que ocurre en otras ciudades españolas, donde estas “manchas” en paredes y mobiliario urbano aparecen en los barrios periféricos, un paseo por cualquiera de las  calles más céntricas de Ciudad Real, incluida la propia Plaza Mayor, nos muestra este museo al aire libre de la dejadez y el mal gusto… la verdad muy llamativo y sintomático.



Lo más sorprendente de esta situación es el hecho de que muchas de las personas que pasan por estas calles o no ven estas filigranas del simplismo o no quieren verlas, haciendo bueno el dicho que dice que “no hay peor ciego que el que no quiere ver las cosas”.
A esto se suma la miopía de los responsables municipales, interesados únicamente en gestionar la imagen de corporación desde las plataformas mediáticas amables, en lugar de bajar al ruedo de la realidad diaria de los ciudadanos de la ciudad (perdón por utilizar un término taurino). Es más, ellos mismos se han aficionado a extender estos trazos de color, en concreto, el azul, por numerosas calles, consiguiendo con ello que muchos ciudadanos y ciudadanas se hayan movilizado para eliminar esas manchas recaudatorias.



Cuando uno pasa unos días fuera de esta ciudad y vuelve, se produce un impacto visual, surgiendo de manera ineludible la comparación con esos otros lugares en los cuales las pintadas y la suciedad brillan por su ausencia, siendo paradigma de esta afirmación ciudades como Bilbao, Elche o la inigualable Oviedo, que ha recibido en varias ocasiones el galardón “Escoba de platino” a la ciudad más limpia de España.



Qué estén tranquilos los responsables políticos locales, que no van a tener que recoger este galardón, como tampoco tendrán que recoger ningún premio referente a la variedad, a la calidad ni al nivel de las actividades culturales a las cuales nos tienen acostumbrados.
No hay que buscar la cuadratura del círculo, esta situación tal vez se deba a un hecho simple,  que la ciudad es la imagen de los que vivimos en ella, de los que hacen pintadas, de los que tiran papeles y otras inmundicias al suelo teniendo una papelera a tres metros, de los dueños de perros que no recogen las deposiciones de sus mascotas, de los bebedores del sanjueves, de los fumadores que ni tan siquiera se digna a apagar las colillas…



Pero y los ciudadanos y ciudadanas (sigo empleando este término molesto para algunos) que si respetamos las normas cívica y de conducta social, que nos guardamos el papel en el bolsillo hasta encontrar una papelera donde depositarlo, que recogemos escrupulosamente con una bolsita los excrementos de nuestras mascotas, que no hacemos pintadas, que no dejamos los vasos y las botellas de nuestras celebraciones en la vía pública, ¿Por qué tenemos que soportar a diario esta situación? ¿Vivimos en una sociedad que como decía la carta del indio Seattle al presidente de los Estados Unidos se asfixiará en sus propios excrementos?



Pienso que si camináramos por una ciudad más limpia esa situación podría generar un comportamiento de la gente en esa misma dirección. No se trata únicamente de que los servicios de limpieza municipales hagan su trabajo, que lo hacen y bien, sino de que nos concienciemos del tipo de educación que estamos dando a un niño o niña cuando los mayores tiramos un papel, una bolsa o un bote al suelo en lugar de depositarlo en una papelera.
Dice el refranero que es sabio, que “no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia”, tal vez para resolver los grandes retos de la actualidad deberíamos comenzar por ahí, por estas pequeñas-grandes cosas de nuestro día a día que hablan mucho de cómo somos.
Mientras tanto seguiremos paseando por esas calles llenas de arte estrafalario y de suciedad por doquier mirando hacia el consistorio y alegrándonos de que por lo menos a través de las ondas hertzianas locales todo es maravilloso en este pueblo grande.



viernes, 1 de noviembre de 2013

La corrección de lo políticamente incorrecto.

"...cuando en el mundo aparece un verdadero genio... todos los necios se conjuran contra él".

Profundicemos en la expresión "políticamente correcto": en sentido amplio, "referido a la afiliación con la ortodoxia política o cultural", siendo su contrario lo "políticamente incorrecto" es decir, "aquello que podría causar ofensa o ser rechazado por la ortodoxia política o cultural de un determinado grupo". 




Partiendo de estas premisas pongo hoy sobre la mesa el colapso que sufrimos continuamente de poses, actitudes, posturas, comentarios, reflexiones, pensamientos e imágenes que se considerarían "políticamente correctas", incluyendo igualmente en este grupo a individuos, corporaciones, sociedades y colectivos que hacen todo lo posible para no quedar desmarcados de la foto fija de lo ortodoxo.
Lo que debe decirse, lo que debe hacerse o lo que debe pensarse surge de estas posturas inmovilistas con una ficticia naturalidad, dice John kennedy Toole en  "La Conjura de los necios" que cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él. 
Un personaje que muchos considerarían políticamente incorrecto, el genial Grouxo Marx, decía que "el secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso lo has conseguido". ¡Ahí esta la clave!... simular, aparentar, parecer o disfrazar, con tal de quedar bien y evitar el qué dirán, deporte nacional por otra parte.
En este camino de propuestas que es este blog, como primer receso en esta entrada antes de continuar reflexionando, os planteo la música de un artista políticamente incorrecto, Rosendo, guitarrista, cantante y compositor, componente de los míticos Ñu y Leñó, siguió su carrera en solitario, recordando la reciente gira en 2011 "Otra noche sin dormir" con Barricada y Aurora Beltrán, ex cantante de Tahúres Zurdos. 
Este pasado mes de octubre Rosendo ha sacado un nuevo disco con el irreverente y políticamente incorrecto título de "Verguenza Torera". Escuchando y leyendo la letra de la canción que pone título al disco uno no puede sino asentir y callar (muy recomendable el vídeoclip oficial).


A lo musical añadimos ahora lo visual, lo artístico, pero igualmente desde la atalaya de lo políticamente incorrecto, en este caso de la mano de un artista genuino que impacta con sus obras y que descabalga a los que quieren seguir montando el caballo de la ortodoxia. 
Su pseudónimo es Banksy, artista del street art británico, siendo su trabajo un alegato contundente de obras satíricas sobre política, cultura pop, moralidad o etnias, combinando escritura con graffiti y estarcidos con plantilla (stencils). Su arte nos recuerda al mítico, e igualmente políticamente incorrecto Blek le Rat, que comenzó a trabajar con estarcidos en París, apareciendo los trabajos de Banksy en diferentes ciudades del mundo, especialmente en Londres.
No sorprende que este artista guarde celosamente su identidad real a los medios de comunicación, buscando con sus acciones de arte urbano callejero promover visiones distintas de la realidad que nos aparece en dichos medios... simplemente ¡Genial!:

Y apostando por lo políticamente incorrecto, finalizo esta entrada con un vídeo de un grupo conquense de hip hop que realiza una ácida crítica a esos medios perseguidores de la identidad de Banksy y a tantos otros abanderados de lo políticamente incorrecto que tanto molestan a los maniquíes de la sonrisa arcaica... ellos son "Nacho", "Palo", "Kike" y DJ "Gunfunk", que nos hacen ver la "Necesidad Impuesta" que representa lo políticamente correcto en una sociedad donde como sentenció Oscar Wilde "el hombre es menos sincero cuando habla en su nombre. Dadle una máscara y os dirá la verdad".



domingo, 20 de octubre de 2013

"La Singladura de las primeras letras".


"... miraba con el catalejo aquellas estanterías repletas de tesoros".

En varias de las entradas de este blog he puesto especial hincapié en la importancia de la lectura como motor de cambio de las difíciles situaciones a distintos niveles que estamos soportando en nuestros días, debiendo sumar a la crisis económica una fractura mucho más profunda y que será más determinante a largo plazo, la que se producirá por la apatía intelectual y la falta de inquietud analítica de la realidad por parte de una sociedad dispersa y con unos referentes que en mucha ocasiones no soportan el más mínimo golpe de sentido común.





Tiempo habrá para explorar ese camino en una próxima entrada de este blog, siendo ahora el momento para una parada en un claro del bosque del saber donde la fogata de la añoranza me acoge con su fulgor, y es en este lugar donde mis pensamientos viajan a la época en la que inicié mi discurrir por el laberinto de la lectura, cuando comencé a percibir las caricias casi indelebles de las hojas de un libro, cuando me embriagó el perfume de las librerías o cuando escruté con la mirada las bastas extensiones de las bibliotecas.Y fue ese cúmulo de experiencias lo que me indicó, cual rosa de los vientos, hacia la dirección primigenia de mis lecturas infantiles y juveniles, adentrándome en las tranquilas aguas de los cuentos infantiles, navegando por las procelosas marismas de las novelas de aventuras de Julio Verne, surcando los meandros de los Cinco Investigadores, sumergiéndome en las aguas cristalinas y cálidas de los comics de Mortadelo y Filemón, el Botones Sacarino o Zipi y Zape.Y sin poder ni querer volver ya nunca más al puerto de inicio, miraba con el catalejo aquella estantería repleta de tesoros a los cuales tenía vetado el acceso hasta conseguir que el dios Cronos me proporcionara algunos años más.


De esa singladura guardo con especial cariño la compra de mis primeros libros en ese puesto ambulante que cada feria se montaba en una de las calles principales, era el lugar donde, cual pirata en la Isla Tortuga, gastaba todo mi botín obtenido de no pocos abordajes a unos pacientes padres que veían en ese bribonzuelo bucanero a un niño con muchas ganas de aprender.De los tesoros que conseguí en esas acciones temerarias conservo en sendos cofres de sabiduría títulos de Marcial Lafuente Estefanía, o títulos tan especiales como "Un Yanki en la corte del rey Arturo", "La Amenaza de Andrómeda", "Tiburón", "El Último Mohicano", "El Hombre Invisible" y así hasta llegar a mi actual biblioteca, sala del tesoro donde continuo añadiendo lingotes de ese preciado metal que son los libros y su contenido genuino.



Tintín, Batman, Hulk o Axterix completaron el grupo de personajes que cada día me acompañaron en esos primeros pasos de la lectura, días en los que tuve como compañeros de viaje al capitán Nemo, a Phileas Fogg o Axel.Lanzo las amarras de esta singladura enarbolando como bandera una cita de André Maurois:"La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en el que el libro habla y el alma contesta".

jueves, 26 de septiembre de 2013

Downton Abbey, el recuerdo de aquellas series de TV.

"... ese espejo de realidades que era la televisión con dos canales"

Siguiendo el camino que representa este blog me adentro en las ondas hertzianas llegando a un paraje de nostalgia infantil, aquella que surge del recuerdo de unas series televisivas vistas en la ventana de emociones en blanco y negro que representaba el viejo televisor de mi "grandmother", y utilizo este término ya que los recuerdos de aquella etapa vital se circunscriben sobre todo a numerosas series británicas que generaban en mi curiosidad e interés.

Que grandes momentos de diversión e intriga o de sorpresa y emoción cuando uno se adentraba de la mano de estas series en mundos apasionantes: policías y ladrones, ricos y pobres, padres e hijos, vecinos e inquilinos, señores y lacayos, y toda una serie de personajes geniales a los que unos magníficos actores daban vida semana tras semana en ese espejo de realidades que era la televisión con dos canales.
Muchas de estas series producidas por la BBC eran, y siguen siendo, sinónimo de calidad, de elegancia, de buen trabajo y mejor interpretación, y es que no por casualidad dentro del mundo del teatro o del cine la escuela de interpretación británica está a un nivel muy por encima de la media, véase como ejemplo representativo la inigualable Royal Shakespeare Company; simplemente magnífica.
"Los Roper", ese matrimonio único formado por George y Mildred, "El Nido de Robin", donde todo podía suceder de la manera más inesperada, "El Santo", donde una corona dibujada sobre la cabeza del millonario Simon Templar nos indicaba que al final el bueno siempre ganaba, "Matrimonio de sabuesos" (Partners in Crime) con los divertidos y sagaces Tommy y Tuppence o "Arriba y Abajo" donde el gran teatro de la vida se representaba en una gran mansión, son algunas de las series de televisión de un tiempo donde verlas significaba hablar de ellas, recrearlas, bajar el volumen del televisor para hacer el doblaje de sus diálogos... y sobre todo, esperar con impaciencia la emisión del siguiente capítulo.
El tiempo ha seguido su viaje sin retorno y un buen día llegó a mis manos un DVD con una serie de la que había leído buenas críticas; debo de decir que los halagos no solo eran merecidos, sino que se quedaban cortos frente a la calidad de esta producción.
Su nombre "Downton Abbey", una magnífica serie creada por el escritor Julian Fellowes, donde la vida en un victoriano paraje inglés transcurre plácidamente hasta que el hundimiento del mítico Titanic lo cambia todo en la vida de la familia Crawley y de su servidumbre.



Un cuidado y elegante vestuario, unas inigualables localizaciones, unos diálogos exquisitos, irónicos y certeros, unas interpretaciones creíbles y sentidas, una trama absorbente y original o una recreación histórica veraz son solo algunos de los elementos que me sugiere Downton Abbey, haciéndose necesaria igualmente una merecida mención para la música que acompaña con gran belleza y virtuosismo a esta pequeña joya de la televisión que llegó a mí por casualidad.
Rubrico esta entrada con el comienzo que tiene cada capítulo de esta serie que recomiendo sinceramente desde la añoranza de un tiempo donde el blanco y negro transportó a aquel niño de pelo rubio, casi blanco, a un mundo de series que hoy siguen generando en él una sonrisa nostálgica.



miércoles, 11 de septiembre de 2013

Editorialblog

"... Mirando a los ojos"

Se llama oratoria al arte de hablar con elocuencia, o lo que es lo mismo, la capacidad de expresarse en público de forma fluida, elegante y persuasiva... es decir todo lo contrario a lo que nos tienen acostumbrados muchos de nuestros representantes públicos los cuales lo más cerca que han estado de este concepto es cuando leen un discurso previamente preparado por un equipo de comunicación, con poca fortuna y ninguna convicción en la mayoría de los casos.

Frecuentemente tenemos que asistir impertérritos a discursos artificiales y huecos de "personalidades" políticas y económicas que recitan una serie de frases, argumentos y disquisiciones que dejan de tener credibilidad en el momento justo de salir por sus bocas, acompañando sus cacofonías sonoras con un movimiento del dedo sobre los renglones prestados, gesto más propio de un infante que vocaliza sus primeras letras en el parvulario que de un representante público al cual se le presupone una formación que en numerosas ocasiones brilla por su ausencia.
Esos discursos no conmueven, no motivan, no inspiran, no movilizan, no interesan y no convencen, por el contrario, los argumentos esgrimidos por estos malos cicerone son en realidad arietes que golpean nuestra inteligencia convirtiéndose sus palabras en circunloquios estériles, patéticos y lamentables.
El colmo del cinismo lo encontramos cuando los discursos de estos personajes públicos, verdaderas actuaciones de vodevil en algunos casos, se quieren cubrir con ropajes de solemnidad histórica utilizando citas, comentarios y referencias tomadas de personajes históricos de otras épocas, haciendo una traslación equivocada de conceptos, ideas y pensamientos pasados al momento actual sin un mínimo análisis humanístico ni una base científico sobre la que apoyarlos; este es un elemento propio del populismo retórico.
Una de las figuras del periodismo que me marcaron desde muy joven fue la de Luis Carandell, cronista parlamentario y un "maestro de la ironía" el cual se lamentó en sus últimos años de que los políticos españoles hubiesen perdido la capacidad de la oratoria "Ya no hablan, leen", decía el autor de libros como "el show de sus señorías" o "Se abre la sesión".
Esa reflexión visionario del maestro Carandell nos hace darnos de bruces con la realidad de unos políticos que no miran a los ojos de sus oyentes porque están demasiado ocupados leyendo unos folios prefabricados cuyo mensaje difícilmente recordarán al día siguiente, asemejándose su discurso más bien con un sermón aleccionador, con una reprimenda dialéctica, con una disertación farragosa o incluso con un panegírico hipócrita.
Frente a tanta mediocridad nos queda como refugio acercarnos a discursos que conmueven, que motivan, que enseñan y que sacan a relucir los mejores valores humanos intentando hacer de la sociedad un lugar no solo en el que sobrevivir, sino en el que ser feliz, esa meta recogida en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, "la búsqueda de la felicidad" la llamaron.
He barajado muchos posibles discursos para ilustrar esta entrada, Martín Luther King, Roosevelt, Erneto Che Guevara, J.F.Kennedy, W. Churchill, Nelson Mandela, A. Lincoln o José Saramago... una lista de personajes que con sus discursos han marcado el discurrir de nuestra historia más reciente.
Al final mi cinefilia me ha hecho decantarme por un discurso atemporal de un personaje único al que dedicaré pronto una entrada en este blog, me estoy refiriendo al discurso final que Charles Chaplin pronuncia en su inmortal película "El Gran Dictador", escuchad sus palabras y contemplad como el actor se convierte en hombre y nos habla mirándonos a los ojos.




domingo, 25 de agosto de 2013

La lectura, acción sublime.

"El vuelo de los libros nos indica el horizonte del futuro"

Poco a poco languidece el tiempo estival y volvemos a las rutinas sincronizadas del día a día; a lo largo de este caluroso tránsito hemos intentado, y en ocasiones hasta conseguido, realizar acciones que el resto del año nos están vetadas por unas causas u otras.

Uno de los ámbitos donde suele suceder esto es el de la lectura, en diferentes lugares escuchamos "para este verano tengo previsto leer este libro" o "ahora es el momento de coger ese libro que me han recomendado", sin duda que alguien leyendo es una de las imágenes propias de playas, piscinas, parques y demás lugares donde uno intenta encontrar esos remansos de paz casi en extinción.
Nos debería hacer de pensar el hecho de que ubicamos esa acción ritual de la lectura en unos momentos y circunstancias muy especiales de tranquilidad, sosiego, calma, relajación... y todo ello acompañado de un  verdadero antídoto contra los males que nos acechan en esta sociedad actual de las prisas y la mediocridad, un libro, un arma arrojadiza contra la incompetencia, la ignorancia y la manipulación, en definitiva "el arma definitiva" como recogería un guión de acción de cualquier film de Hollywood.
Mi pasos me llevan a pensar que ese objeto de culto que significa  un libro debería acompañarnos más allá de estos momentos de canícula y pasar a formar parte de nuestro equipaje vital a lo largo de las postreras jornadas de camino que uno tiene por delante.
Este final de verano se convierte también en un momento de reflexión sobre lo hecho y lo que se va a hacer, rememorándose acciones que uno se prometió así mismo cumplir cuando las doce campanadas de Sol anunciaban un nuevo dígito vital... es la revisión de la bitácora personal, y en ella encontramos entre otras muchas anotaciones la de la lectura.
Aumentar la biblioteca personal de lo leído, que es en definitiva, lo revivido, lo pensado, lo soñado, es lo que perseguimos los lectores que en estos días hemos saludado a viejos amigos que estaban ahí esperando a estrecharnos la mano con ese aroma inconfundible a papel y esa textura rugosa, recordando su origen arbóreo primigenio.

Visitaremos las bibliotecas y librerías, templos de la sabiduría que nos arropan contra las inclemencias de la realidad; leeremos y reflexionaremos; intercambiaremos ideas, opiniones y pensamientos; compartiremos dudas y preguntas, y así nos daremos cuenta de que la meta de esta acción genuina no está en finalizar un libro, sino en el camino que realizamos en esa acción sublime.
Para terminar esta reflexión veraniega y cogiendo un ritmo más constante en la inclusión de entradas en esta pequeña ilusión que significa este blog, recojo aquí un vídeo inspirador que nos da buena muestra de hasta qué punto tenemos en un libro ese faro que nos guía tanto en la calma como en la tormenta de la vida... Buena singladura con la rosa de los vientos marcando nuestro rumbo hacia ese horizonte de esperanza que es la cultura.





sábado, 27 de julio de 2013

Reporteros... Historiadores de la actualidad.

Alguien tiene que contarlo... Jon Sistiaga.

Desde hace tiempo sigo la trayectoria y el trabajo de un periodista que realiza una labor ardua y difícil, pero necesaria, un trabajo "en primera línea de combate", siendo esta frase casi literal, me refiero a Jon Sistiaga, reportero que ha cubierto conflictos en lugares tan dispares como Ruanda, Colombia, Kosovo, Irak o Afganistan.
De su trabajo destacaría la claridad expositiva, la implicación ética en momentos como los actuales de crisis moral y el análisis concienzudo de temas sobre los que elabora reportajes de una calidad periodística contrastada, siendo ejemplo de esta labor la obtención del premio de periodismo Ortega y Gasset o el Premio Ondas a la mejor cobertura periodística.

Especial interés generan reportajes realizados durante los últimos años para Cuatro Televisión, Canal Plus y CNN como por ejemplo "Amarás al líder sobre todas las cosas", en el que se infiltra en el intrincado laberinto de Corea del Norte, "Papi, cómprame un Kalashnikov" donde nos muestra la realidad de la posesión de armas en Estados Unidos o "Chernobyl, zona de alineación" en el que nos recuerda la cercanía del monstruo nuclear.
Sin duda, unos reportajes que nos clavan frente a la pantalla y nos hacen ver que detrás de la parafernalia y el espectáculo mediático generalizado se esconde, cual ultimo mohicano, un periodismo diferente, verdadero, en estado puro; rechazado, perseguido y vilipendiado por los círculos oficialistas de la información y del poder que quieren alimentar al "rebaño de consumidores de información" con noticias de usar y tirar, y por supuesto que no generen bajo ningún concepto reflexión, pensamiento crítico o preguntas incómodas.
Imbuido en la lectura del libro de Sistiaga  titulado "Ninguna guerra se parece a otra" se siente a flor de piel lo que significa ser reportero de guerra, la trascendencia que tiene esa forma de vida, recibiendo el impacto en nuestra retina del peligro y, en ocasiones, de la muerte que acecha a estos últimos gladiadores de la comunicación, como queda de manifiesto en las páginas de este escrito donde se menciona la terrible muerte de José Couso, cámara del canal de televisión Telecinco que acompañaba a Jon Sisitiaga en los días de la toma de Irak por parte del ejército norteamericano.
En el mismo contexto mencionaría a "Reporteros Sin Fronteras", (Reporters sans frontiéres), una organización no gubernamental internacional de origen francés, cuyo objetivo es defender la libertad de prensa en todo el mundo, especialmente a los periodistas perseguidos por su actividad profesional.
Para financiar sus proyectos esta organización edita, desde 1992, tres álbumes de fotografía cada año.
El pasado mes de mayo, con ocasión del 25 Aniversario de su fundación, Reporteros Sin Fronteras se asoció a la prestigiosa agencia Magnum Fotos para publicar su álbum aniversario "Magnum fotos, 101 Fotos por la Libertad de Prensa".
Después de adentrarse en estos caminos del reporterismo auténtico, uno se siente abandonado a su suerte como ciudadano cuando echa un vistazo al menú comunicativo al que le invitan a diario diferentes plataformas periodísticas que se definen así mismas como veraces y objetivas; que triste paradoja; uno suscribe las palabras de Jon Sistiaga, en mi caso doblemente: "Los periodistas somos una especie de notarios de la realidad o de historiadores contemporáneos"... 
Como cierre de este artículo os dejo un avance del último reportaje de Jon Sistiaga que se emitirá en breve en Canal Plus con el título " La América del Odio"... 


martes, 16 de julio de 2013

Rebelión en la Granja: la atemporalidad de Orwell.

"Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros".

Los agravios y desprecios que el ciudadano está recibiendo en los últimos tiempos hacen necesaria una revisión de los fondos del pensamiento para pertrecharnos frente a tanta ineptitud y soberbia por parte de numerosos adalides del poder que enarbolan el estandarte de la representatividad cuando en realidad defienden intereses espurios con el emblema de la tiranía y el egoísmo ribeteados en la cara interna de sus trajes de chaqueta.
Se hace ahora más necesario que nunca situar en el escenario de la actualidad a autores, libros y pensamientos que nos hagan despertarnos de este letargo inducido al que nos arrastran discursos narcóticos y palabrerías ponzoñosas esgrimidas por unos malos aprendices de Maquiavelo que campan a sus anchas por los valles del enriquecimiento bastardo y ruin.
Sirva como antídoto ante esta atmósfera irrespirable, propiciada por una continua putrefacción de ideales, la referencia a una lectura que nos guiará como una antorcha en la noche frente a la negrura provocada por la incompetencia de la que parecen no sentirse avergonzados "polititiriteros" y trileros de las urnas, que más bien alardean de esa actitud cual niños consentidos frente a una macabra travesura.
Dicha lectura es el libro escrito por George Orwell en 1945 titulado "Rebelión en la Granja" (Animal Farm) en el que el escritor inglés plasmó una historia satírica en la que unos animales expulsan de una granja a los humanos imponiendo un sistema de gobierno que se convierte en una tiranía brutal.
La primera interpretación de esta obra literaria es la que realizó el propio autor criticando el sistema político imperante en ese momento en la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) bajo el yugo de Stalin y con el telón de fondo de una Segunda Guerra Mundial que llegaba a su final.
Pero un análisis más profundo nos hará llegar al mensaje de actualidad que encierran las páginas de esta obra de Orwell, al encontrar en cada una de las páginas un perfecto y claro análisis de la corrupción que engendra el poder, tanto a nivel nacional o internacional, como a niveles más domésticos y cercanos.
Los personajes de este relato muestran los diferentes estereotipos que nos podemos encontrar en una estructura de poder, trascendiendo la simplista ecuación opresores y oprimidos, mostrando de una manera clarividente a los diversos estratos intermedios que marcan de manera decisiva la dirección de los acontecimientos de una sociedad.
No revelaré aquí los entresijos del argumento, pero si recogeré el blasón utilizado por Orwell para guiarnos por toda la obra:
"Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros".
Tras estas palabras se encierra la clave no solo de este libro, sino de muchas de las situaciones a las que somos obligados a asistir, cual espectadores raptados por una mala compañía de bufones y saltimbanquis de lo superficial y zafio.
Suele venir a mi mente esta cita "orweliana" en momentos en los que se escuchan despropósitos verbales tales como "Máxima transparencia", "Estado contrastado de Derecho", "Democracia Madura", "Igualdad de todos los ciudadanos...", "Voluntad de servicio público", "Representantes del pueblo", "Justicia y equidad", "Independencia...", "Soberanía popular", "País desarrollado", haciendo extensible esta sensación cuando nos tenemos que enfrentar a imágenes que golpean nuestras retinas tales como "Intervenciones oficiales a través de televisiones", "comparecencias prefabricadas", "periodistas serviles con preguntas de cartón piedra" y así hasta el infinito y mucho más como se decía en aquella entrañable película.
En los tiempos actuales se hace imprescindible la lectura de esta obra atemporal que merece una revisión continua; con la música de fondo del grupo Pink Floyd, que inspirado en el libro de George Orwell, creó en 1977 el disco titulado "Animals", recomendando especialmente sus tres canciones centrales con nombres tan relacionados con la obra como Dogs, Pigs (Three different ones) y Sheep.
Sirva como colofón de esta entrada las últimas frases de "Rebelión en la Granja" que nos deberían despertar dándonos cuenta de que todos somos iguales, aunque algunos se empeñen en "ser más iguales que otros"...

Dice así:
"... Doce voces estaban gritando enfurecidas, y eran todas iguales. No existía duda de lo que sucedía a la cara de los cerdos. Los animales de fuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era posible discernir quién era quién".




viernes, 21 de junio de 2013

Los clásicos más actuales que nunca...

Los clásicos como referente para entender el presente...

Queda ya muy poco para que comience el Festival de Teatro Clásico de Almagro, al cual me unen muchas vivencias personales y profesionales... desde esta Atalaya os recomiendo hoy que os metáis en la página web del festival y que analicéis la programación de este año...
Una vez más los clásicos nos harán reír, llorar, reflexionar o pensar... y sobre todo nos harán ver que hay temas que trascienden los tiempos, que su análisis perspicaz y lúcido de su realidad histórica se puede trasladar a nuestros días... de bufones, de nobles simplones, de reyezuelos, de sirvientes cómplices, de héroes atormentados, de pioneros masacrados, de verdades y mentiras, de apariencias y realidades... en definitiva de nuestra realidad actual.
Por lo tanto hoy, más que nunca, reivindicar desde aquí a los clásicos como reporteros de una realidad que no ha cambiado... haciendo de los actuales "personajes" de esta tragicomedia nacional unos pobres y mediocres aprendices de muchos y maestrillos de nada...
Incluso el slogan de este año "el color de los clásicos" es un alegato a lo virtual del teatro frente a lo "gris" de muchos personajes que nos toca soportar con esos aires de grandeza... aunque a través del caleidoscopio de las tablas se les ve pequeños y ridículos... y además sin gracia.
Señoras, Señores, la función va a comenzar, guardemos silencio y pensemos... seguramente después del festival veremos quienes son los malos actores y quienes los grandes interpretes... no del festival sino de la vida real... aunque en ocasiones es muy difícil distinguir.


jueves, 20 de junio de 2013

Michael Flatley... la fuerza de la danza.

Un regalo desde Irlanda...

En esta entrada os propongo una parada en el camino, y en la encrucijada, os traigo una propuesta que desde hace algún tiempo me acompaña, dándome fuerza y energía, algo que en los tiempos que corren es algo fundamental para superar el oleaje de la realidad más fría.

Hoy os hablo de Michael Flatley,  un bailarín, flautista y coreógrafo irlandés estadounidense que ha alcanzado el éxito internacional con espectáculos como Riverdance, Lord of the Dance o Celtic Tiger.
La primera vez que vi el espectáculo "Lord of the Dance", ante mi se abrió un mundo increíble en torno a una cultura, la irlandesa, hacia la cual me siento especialmente atraído...Aquí os dejo unos minutos maravillosos con una coreografía que seguro os hará vibrar de emoción... un placer para los sentidos y una inyección de emoción para seguir caminando y sentirnos vivos... que lo disfrutéis...


miércoles, 19 de junio de 2013

Contra el maltrato animal

Insensibilidad, estupidez, maldad y otras facetas de algunos "seres humanos"...

En los últimos días hemos asistido, una vez más, a varios hechos lamentables en torno a la muerte de perros a manos de "personajes" que son representantes de un mal endémico que se mete en lo más profundo de nuestra sociedad, el maltrato a los animales...
Dicho maltrato muestra cuan brabucones, malvados, estúpidos, insensibles y cortos de luces son los que intentan suplir carencias personales y profesionales abrumadoras con este tipo de acciones para luego mostrarlas orgullosos en cualquier barra de bar de mala muerte...

Pero dichas acciones muestran igualmente cuanto le falta a esta sociedad española para estar verdaderamente a la altura de un país desarrollado en el amplio sentido de la palabra... se ha comentado muchas veces que detrás de la crisis económica existe sobre todo una crisis de valores éticos y morales que nos han arrastrado a la situación actual, o lo que es lo mismo "de aquellos polvos vienen estos lodos"...
En este caso se ratifica plenamente este pensamiento, mientras que una sociedad permanezca impávida ante esta barbarie contra los animales, no podrá superar otras brechas...
continuará

jueves, 6 de junio de 2013

Un libro de referencia....

... Sigo hoy por la senda de los medios de comunicación, y os propongo como bitácora en ese difícil recorrido plagado de luces, pero también de muchas sombras, la lectura de un libro que debería tenerse presente a la hora de analizar y valorar qué medios de comunicación tenemos y que medios de comunicación deberíamos tener...
Se trata del libro de Ramón Miravitllas "Los nuevos déspotas del periodismo político", un libro fundamental para todos aquellos que creemos en la libertad de expresión, en la objetividad, en el tratamiento veraz de la información, en el servicio público de los medios de comunicación o en el carácter creativo y cultural de los mismo. 
Pero también deberían leerlo aquellas personas que no están muy de acuerdo con eso de la libertad de expresión, salvo que esa libertad se aplique solo a sus opiniones, deberían ojearlo aquellos que manosean la información disfrazando de objetividad lo que no es sino un triste maniquí de intereses creados, patetismo profesional, servilismo político y enchufismo pueblerino, deberían subrayar pasajes de este libro aquellos que lo de servicio público lo entienden como favoritismo descarado hacia unas siglas o colores políticos, y por supuesto deberían tenerlo como libro de cabecera aquellos que creen que la creatividad y la cultura es ensalzar la imagen de un político concreto, entendiendo que lo que importa es el rédito político y económico que se puede obtener de una publicación, emisora de radio, televisión o página web determinada...
Ante esa miopía estúpida y mediocre, vaya esta recomendación... 
Timendi causa est nescire